jueves, 28 de octubre de 2010

La Prensa en Asturias


La llegada de EPI marca un período de grandes transformaciones en el panorama periodístico de la región, con el desembarco después de los otros dos grandes grupos españoles que editan periódicos locales, Zeta en «La Voz de Asturias» y Vocento en «El Comercio». Ahora 58.917 asturianos compran cada día LA NUEVA ESPAÑA, que aventaja en 25.136 periódicos a la suma de los otros rotativos de la región. En las páginas de la sección de Asturias de hoy hallará quien desee más datos un detallado análisis sobre la construcción de este liderazgo y el sustancial cambio en el reparto del mercado periodístico asturiano acaecido en este cuarto de siglo.

Desde mayo de 1984, los asturianos han dicho claramente con ese voto qué periódico prefieren. Los lectores siempre lo dicen. El gran reto de los profesionales es saber sintonizar con su mensaje. Este abrumador respaldo nos llena de orgullo y de responsabilidad. La satisfacción es doble porque sabemos, además, que los lectores de esta tierra son exigentes y cualificados: están entre los mejores del país, sólo superados en índices de lectura por los de Navarra y el País Vasco.

El profundo cambio de la sociedad regional durante este tiempo ha significado también una transformación de LA NUEVA ESPAÑA para acercarse a su público, para servirlo mejor. Una evolución constante en todos los órdenes, plantilla, tecnología e instalaciones. El único patrimonio de un periodista es la credibilidad y la credibilidad sólo se conquista con la independencia. Ser independientes de cualquier poder ha sido y es nuestro propósito. También ser escrupulosamente respetuosos con la libertad de nuestra audiencia y ser plurales, acogiendo de una forma proporcionada todas las tendencias de la sociedad asturiana sin exclusiones.

Acaban de cumplirse 200 años de la primera publicación que hubo en Asturias, «La Gazeta de Oviedo». Aunque la prensa es todavía relativamente joven nunca dejan de aparecer profetas para redactar su esquela. Éstos son tiempos muy difíciles, en los que coincide una profunda recesión económica, que afecta especialmente a los medios de comunicación, con la irrupción de nuevos soportes digitales. El futuro casi nunca es como lo imaginamos y casi siempre llega antes de lo que se espera. No sabemos qué pasará mañana, pero sí estamos seguros de que seguirá habiendo un sitio para los buenos periódicos.

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